9 may 2014

Jungle Ultra Perú. La Crónica





Jungle Ultra. Beyond The Ultimate

Distancia: 230kms
Etapas: 5
Tiempo: 28:25hrs
Posición: 2
Año: 16 Mayo 2014
Zona: Andes Amazonas, Perú






No han pasado ni dos meses de la gran Ultra del Ártico que ya acabo de finalizar la segunda carrera del Grand Slam Beyond the Ultimate en la Selva Amazónica del Perú, llegando en segunda posición de nuevo.
La Jungle Ultra Perú recorre 230kms a pie desde la Cordillera de los Andes a 3600mts de altura hasta la Selva del Amazonas en 5 etapas y en autosuficiencia total, llevando en la mochila ,la hamaca, saco de dormir, ropa térmica, material médico y la comida de los 5 días de competición. Alrededor de 10kgs de peso.
No es tan solo una carrera física si no que has de trabajarla desde casa. Comenzando con la logística del viaje, preparar todo el material que necesitaras y entrenar para la dureza de la prueba. Estas aventuras no solo sirve correr, influyen muchos más factores para poder finalizar con éxito.

Sin duda, ha sido una de las carreras más espectaculares y duras que he realizado en todos estos años que llevo practicando este deporte. Las razones son: los paisajes donde se realiza y la dureza del recorrido, saliendo desde más de 3000mts de altitud y acabando en pura selva Amazónica, con sus 100% de humedad y más de 38 grados.
La organización te recoge en Cuzco, Perú, a 3600mts de altitud. Una ciudad colonial preciosa con atractivos como la Gran Plaza de Armas, los Mercados de comida y como no, la visita al Machu Picchu, declarado actualmente una de las 7 nuevas maravillas del mundo.
Desde Cuzco se realiza un viaje de 5hrs por la Cordillera de los Andes donde se divisa un paisaje de ensueño y se respira una tranquilidad infinita hasta llegar a las faldas del bosque nublado, donde la Selva Amazónica choca con los Andes y se produce una niebla permanente por debajo de las montañas. Bosque Nublado.
Parece que estás en un mundo irreal. Eso sí, muy bonito, pero la dureza está justo en esos paisajes. Allí pasamos la primera noche, con muchos mosquitos y un frío de miedo.
La primera etapa consta de 36kms, que transcurren por un sendero descendente entre montañas con unas vistas espectaculares. Intento salir en cabeza de carrera, pero veo que no puedo estar en esas posiciones, el mal de altura y el peso de la mochila me pasan factura. No puedo casi respirar y no corro a gusto. Ya me planteo incluso el no poder acabar la carrera.
La verdad que en esas situaciones has de ser muy duro de cabeza. Todo es negativo y para salir de esos pensamientos has de avanzar y avanzar. Las condiciones meteorológicas me ayudan, ya que comienza a diluviar y me refresca bastante. El bochorno con la humedad era muy fuerte. Y con la lluvia me motivé un poco.
El último tramo transcurrió por una pista ancha donde pude correr sin dificultades del terreno y así finalizar un poco más rápido la etapa.
Mis conclusiones de ese día fueron desastrosas. Apenas pude disfrutar del paisaje y la clasificación en un séptimo lugar no me motivaba nada.
Tras acabar, el procedimiento era una rutina que se repitió durante toda la carrera. Colocar la hamaca, secar saco de dormir y ropa, ya que llovía cada día, comer, relajar piernas en el río, reponer fuerzas de nuevo cenando sobres liofilizados y sobre las 7PM a dormir para el día siguiente. Todo eso con la gran compañía de Neus, Tony y Albert. Un equipo perfecto!!
La segunda etapa fueron 34kms. Ya estábamos en una altitud más razonable con el consecuente mal de altura controlado. Comenzamos a un ritmo alegre sin forzar mucho, ya que en la etapa anterior se sufrió demasiado. Seguimos en mitad de tabla, pero no nos importaba nada. Solo queríamos avanzar y avanzar.
La carrera salió por la misma pista que dejamos la etapa anterior. Así que pudimos controlar el ritmo muy bien. Casi a mitad de etapa, ya teníamos al grupo de cabeza muy cerca. Pero nosotros a lo nuestro. Queríamos ir a nuestro ritmo sin fijarnos en nadie.
Nos cayó una trompa de agua justo en el segundo control dónde estaba Neus. Llenamos bidones y seguimos hacia delante. Justo a 5kms nos desviaron para la selva.
En la Selva se corre muy bien, pero has de estar muy pendiente de sus trampas. Árboles con pinchos, agujeros tapados con hojas, ramas que se van cayendo, barro, piedras, ríos, animales etc… Al principio parecía que todo iba bien hasta que a Tony le vino un bajón de energía. Sabemos que suele pasar en estas carreras y mejor que pase los primeros días que no al final. Estuvimos 10kms casi andando en medio de la selva entre bambús y bajadas resbaladizas. Una odisea. Pero el día anterior me pasó a mí. Esto es el juego. Y más si íbamos juntos.
Acabamos bastante chocados con la dureza de la carrera. No nos podíamos creer que íbamos a sufrir tanto. Y tan solo llevábamos 70kms de 230kms. Pero teníamos que continuar.

Comimos, nos hidratamos mucho y decidimos que en la tercera etapa teníamos que actuar para estar en los puestos de cabeza. Esa noche no pudimos descansar mucho, ya que cayó una tormenta que nos empapó la hamaca y quedamos bastante mojados y fríos. Pero no habían excusas. Las condiciones eran iguales para todos. Solo había que esperar para dar el gran salto.
Y llegó la tercera etapa. 35kms.
Durante la mañana, bueno a las 3AM que nos levantábamos para poner todo en orden, las miradas entre Tony y yo eran diferentes. Habíamos sufrido mucho durante dos etapas y ahora teníamos ganas de salir con fuerza. Como decía Tony ” tenemos que sacar la mirada del tigre”. Y así hicimos. Me encantó en la salida el choque de manos entre los dos. Sin hablar nada sabíamos que era nuestro día.
Nos comentaron el breffing que había un paso con tirolina en el Km3. Teníamos que llegar primeros para comenzar a recortar tiempo. 3, 2, 1 y salimos como un cohete. Sorprendimos hasta al primer clasificado, el corredor de Zimbawe Daniel Rowland. Le costó ponerse a nuestra altura. Pero él es un corredor experimentado y siguió con nosotros sin problemas. No queríamos mirar hacia detrás. Pero teníamos que dejarles impresionados, tema psicológico.
Daniel nos decía que íbamos muy rápido y en la primera subida fuerte caminamos un poco, pero Tony dijo que mientras nosotros caminábamos los otros corrían y seguimos corriendo hasta la tirolina. Llegamos los primeros a la tirolina! de momento iba todo genial.
Nos adentramos en la Selva frondosa poco a poco. Teníamos que correr mucho ya que teníamos que mantener e incrementar la diferencia con los demás corredores. La verdad que me encantó esta etapa. Cruzamos un río muy caudaloso en barca motora, también un lago en una barca hinchable y miles de cruces de ríos con muchísimas piedras. La selva es muy entretenida.
El último tramo de la etapa transcurría por una zona de barro muy dificultoso donde tenías que estar muy pendiente de no caer. Y encima no te podías coger a los arboles por los pinchos que tenían. En ese tramo Daniel de Zimbawe y yo nos distanciamos un poco de Tony y seguimos a un ritmo muy alto hasta meta. Me sentía muy cómodo y no forcé nada. Sólo quería rascar minutos.
Casi al final, nos perdimos un poco y al retroceder, se nos cayó un árbol justo dos metros detrás. Un momentazo! estremeció la selva. La llegada fue muy espectacular ya que nos recibieron los niños de una aldea nativa del Amazonas y nos regalaron unos colgantes con un diente de tigre.
Me impresionó muchísimo donde vivían. Casas redondas con dos alturas, llenas de animales como papagayos, cuis, pollos, perros etc…y con una sonrisa en sus caras que muchos tendrían que aprender. Valores puros. Ese día ya nos pusimos en posiciones de podium. Y no los íbamos a dejar hasta el final en Pillcopata, la meta soñada.
4 día y 3okms. La etapa más dura y más espectacular ya llegó. The LLull o la calma antes de la tormenta. Esta fue una etapa totalmente dentro de la Selva Amazónica. 100% estado puro. Muchísimos obstáculos teníamos que sortear. Desde tramos con muchísimo barro, cascadas, a cruces de ríos o la subida más fuerte de la carrera. En el primer tramo de carrera salimos de nuevo Tony, Daniel y yo.
Empezamos la etapa llevando el ritmo a la carrera. No queríamos tirar por tierra la etapa anterior. Poco a poco se alargaban los kms. Se nos agotaba el agua demasiado rápido y teníamos en los ríos nuestros aliados. Nos refrescábamos en todos. Hacía un bochorno espantoso. Cada hora o menos teníamos que hidratarnos con sales minerales. Sudábamos excesivo.
En el Km24 llegamos al tercer check point. Era el último de la etapa y llegaba el tramo más radical de la Jungle Ultra Perú. Un tramo de 6kms verticales por un sendero que teníamos que subir a 4 patas y encima resbaladizo. La verdad que se hizo agónico. Tony se quedó un poco y yo seguí con Daniel. El cansancio se notaba. El agua escaseaba y las paradas entre paso a paso aumentaban. Pero para llegar teníamos que seguir. Fue muy duro llegar a meta ese día, pero estaba muy entero de físico. Sabía que lo estaba haciendo muy bien. Llegar a la última etapa con la confianza de poder pelear con cualquier corredor por el segundo puesto reconforta anímicamente mucho.
Y la quinta y última etapa!! 92kms de Puro Running
Esa noche, apenas dormimos. Nos tocó madrugar demasiado. Más o menos a la 1 de la madrugada. Por suerte la mochila pesaría menos que el primer día. Eso sí, la carga de queso, jamón y cecina estaba esperando desde el primer día. Y las bambas, que se me rompieron durante la carrera, estaban preparadas por los ayudantes de la carrera, una gente excepcional. Romario y Juanito. Nos salvaron en muchas ocasiones.
La etapa comenzó las 3AM. Preparamos frontal y a primera línea de salida. Teníamos bastante margen, pero queríamos dejar el pabellón bien alto. Manteniendo las últimas etapas, salimos Daniel, Tony y yo primeros. Sabía que nadie nos iba a pasar, pero 92kms son muchos kms. Salimos por una pista ancha sin mucha dificultad. Lo único era correr a oscuras, pero tenía su gracia. A pocos kms, se nos junta Nicasio y más tarde el Colibrí. Bastantes minutos juntos corriendo fuerte pero pasándonoslo a lo grande.
Justo antes del primer check point pasamos por Patria, la aldea de nuestro amigo Colibrí. Estaba saliendo el sol sobre las 5:30AM y la calle estaba repleta de gente esperando a que pasáramos. Para ellos un evento especial. No se dejaban de preguntar qué hacíamos por allí corriendo. Nos llamaban los locos.
A pocos kms llegaba el primer check point. Una tirolina para no variar. Nos subimos Tony y yo y al llegar a la otra parte del río, esperamos a Daniel. Ante todo camaradería. Ha sido un gran corredor y una grandísima persona. Preferimos esperarlo y seguir los tres juntos.
Al cruzar Daniel, vemos como los demás corredores están esperando la tirolina. Solo 5´de margen. Así que tocó apretar bastante. No queríamos sorpresas.
Llegaba el tramo más duro de la etapa. 30kms de río empedrado. A veces muy ancho y otras veces a pequeña escala. Me encantaba serpentear el río y trazarlo recto, pero mis bambas estaban cascadas y no sabía si aguantarían. Esa fue mi única traba.
El tiempo cambió de repente. Se puso a diluviar en minutos. Al principio refrescaba bastante, pero al final era desagradable. En esas que nos perdimos tres veces en tres cruces. Estaba todo muy bien marcado, pero el cansancio se iba notando.
Cruzamos el río en Rafting y nos comentan que la etapa se recorta por desprendimientos en el camino. Nosotros al ir tan cansados no hacemos ni caso. Comenzamos a sacar la artillería pesada. Cecina, queso, jamón, fuet…un festín, pero ni con esas nos motivábamos.
Pasamos por un tramo de pista diluviando, llena de charcos que se nos hizo eterna. Llegamos al Km 60 y nos dicen que 25kms y meta. Solo 7kms menos. Nos lo tomamos bastante bien. El camino iba a ser pista todo el rato. Con subidas muy fuertes y bajadas igual. Decidimos ir los tres juntos todo el rato, pero Tony necesitaba un ritmo un poco más a su bola, así que nos dijo que nos fuéramos para adelante. Y así hicimos. Nos pusimos a tirar, Daniel y yo hacía meta.
A 20kms de meta, pasó una cosa que sin pensarlo sale. El ritmo era bueno, la compañía perfecta, pero en esas que Daniel me dice que está bastante tocado y que si quiero ir y tirar solo que lo haga. De inmediato le digo que no. Que ya era segundo y que pasaba de correr a lo tonto. Pero en mi cabecita se cocían otros pensamientos. Y si aprieto un poco y me sale un final de carrera de esos que siempre recordaré? como hicimos en la Jungle Marathon Brasil con Jaume Tolosa. Y eso que hice.
La siguiente subida me puse a tirar a ver cómo reaccionaba Daniel. Como ya me dijo, estaba cansado. Poco a poco incrementaba el ritmo, hasta que me fui despegando y mientras más me despegaba, más apretaba.
La verdad es que fue un poco agónico, ya que después de 215kms apretar como lo hice, no era lo conveniente, pero ahí estaba, no paraba. Subía corriendo pendientes fuertes y las bajaba volando. Además Neus estaba en la furgo de prensa que gravaba el último tramo y pudo animarme mucho. Llegué al último check point, cargué de agua y para la meta en Pillcopata.
Justo antes de meta, estaba Albert en el puente del pueblo. Me dice que 500mts y ya estoy. Me encantó saber que lo iba a lograr. Que iba a llegar en primera posición. Doblé la calle y vi un pueblo entero esperándome, la banda de música, todo el Staff de la carrera y yo entrando a la soñada meta con una sonrisa de oreja a oreja. Fue un subidón muy grande.

La carrera fue muy dura, pero poder llegar y encontrar a Neus en meta llegando la última etapa primero fue un sueño hecho realidad.




























STAGE 1




















STAGE 2





























STAGE 3























































STAGE 4








































STAGE 5