Costa Brava Xtrem Running
Distancia: 155 kms
Etapas: 3
Tiempo: +- 20hrs
Año: 24 abril 2009
Zona: Costa Brava, Cataluña, España
con mi hermanita irene en la salida
Entrenando
para la carrera de Namibia me vino una de las mejores ideas que he
llevado a cabo.
Necesitaba
entrenar muchos kms ya que las carreras de ultrafondo necesitan un
esfuerzo más grande de lo normal. Me estaba aburriendo un poco de
siempre el mismo recorrido, así que quise buscar nuevas rutas. Fue
cuando descubrí un diamante en bruto. La Costa Brava.
La
Costa Brava la conocía de toda la vida ya que vivo en Blanes.
Había
visitado muchos pueblos, restaurantes, hoteles...pero nunca me podía
llegar a imaginar poder recorrerla a pie por un mismo camino.
El
Camino de Ronda iba a ser mi gran aventura.
Comencé
a informarme sobre el Camino de Ronda y rápidamente me derivó en el
GR92 o Sendero del Mediterráneo, que recorre toda Cataluña desde
Portbou a Ulldecona en 560kms.
Me
quise centrar solamente en el tramo Costa Brava. Que tiene un encanto
especial.
220kms
atravesando un pequeño territorio de la Península Ibérica
,fronterizo con el Pirineo y con vistas al Mediterráneo. Era un
privilegio solo intentarlo.
Está
dividido en tres Comarcas: La Selva, el Baix Empordà y el Alt
Empordà.
Un
lunes 3 de Noviembre de 2008 después de trabajar al mediodía, me
subí a la Roca de Sa Palomera, que es el punto donde comienza la
Costa Brava e inicié la aventura.
Iba
a intentar recorrer los 220kms en varias etapas para motivarme e
intentar sumar kms sin aburrirme. No sabía lo que me esperaba.
Paisajes alucinantes, Pueblos con encanto, pequeñas Calas,
vegetación que cae al mar, gastronomía... un sin fin de sensaciones
que solo las encuentras aquí.
El
primer tramo salí de Blanes y llegué a Sant Feliu de Guíxols.
Comencé
un día soleado. Daba gusto cruzar el paseo del mar por el mercado
semanal con tanta gente, con el mar en calma y con ese clima
primaveral que hay a veces en noviembre.
Subí
hasta el castillo de San Joan por las casi 700 escaleras y al llegar
arriba, a parte de estar cansado, ya vi el relieve de la Costa Brava
hasta Tossa de mar. Sin palabras.
Parecía
que estaba muy lejos pero poco a poco iría avanzando.
Reseguí
la Cala Sant Francesc con sus casas con vistas al mar, crucé
corriendo la Cala Treumal de Blanes, una de las Calas más bonitas
que tenemos en la Costa Brava y me adentré en Lloret de Mar por su
primera playa. La de Santa Cristina, con ese color de mar tan bonito.
En
esta zona hay bastantes zonas privadas que no dejan ver muy bien el
paisaje en estado puro, pero conozco a muchos contactos y pasé por
el Jardín Botánico Mar i Murtra, el jardín Botánico Tropical
Pinya de Rosa y los jardines de Santa Clotilde. Tres enclaves de
belleza insuperable.
La
llegada al paseo del mar de Lloret fue una gran sorpresa.
Tenía
muy visto Lloret de mar ya que es una localidad vecina a Blanes que a
menudo la visitaba, pero nunca caminando. Nada más ver los
acantilados de la Cala Boadella, entrar por el paseo de Fenals y
reseguir el perfil de la costa por Cala Banys fue de ensueño. Y no
me dejé de sorprender al cruzar el paseo marítimo y encontrarme con
del Camino de Ronda que tienen detrás del castillo.
Resigues
a piel la montaña y el mar. La esencia que buscaba. Cada curva más
motivación y ganas de ver más. No sabía cuando iba a parar pero si
era así, tenía pensado que hasta que el sol se pusiera.
Al
acabar ese tramo tan bonito me encontré con un par de urbanizaciones
que matan un poco lo que es el Camino de Ronda. Fruto de los años
del boom de los 70. Pero al llegar a Cala Morisca cambió todo por
completo. El recorrido iba a ser más virgen.
Me
costó un poco encontrar el camino por que casi no había. Pero a lo
Indiana Jones me adentré entre la vegetación y descubrí que se
podía pasar resiguiendo la Costa.
Cada
montaña que subía eran unas vistas diferentes, una sensación de
volver a repetir enormes. Seguía y seguía. Crucé la Cala Porto Pi
por la arena, la Cala Llevadó y llegué a Tossa de Mar por un camino
de los mas técnicos y duros. Tiene bastante desnivel y el terreno es
resbaladizo. Pero no os imagináis la belleza que te encuentras. Lo
recomiendo. Yo aluciné.
Y
por si no tenía bastante, entré a Tossa de Mar por detrás del
castillo con las vistas de la Cala Es Codolar que me dejó muerto.
Allí vi que este recorrido se merecía una carrera para que todo
amante del running pudiese sentir lo que yo sentí en ese momento.
En
Tossa entré por la Ciudadela Medieval y me compré un agua, estaba
deshidratado.
Lo
bueno del Camino de Ronda es que a cada momento tienes restaurantes,
supermercados, hoteles, campings... un sin fin de servicios que
ayudan a avituallarse. No es como un desierto o en la montaña que
has de llevar mucho material y ser previsor por si acaso.
En
Tossa hay estación de bus y dudé si volver a Blanes o seguir
resiguiendo el camino. Era mi primer día y estaba eufórico. Así
que llamé a Neus y le dije que cuando acabara de trabajar me viniese
a buscar a Sant Feliu de Guíxols. Quería más kms y más paisaje.
Crucé
el paseo del mar hacía la mar menuda con unas vistas del castillo
inmejorables.
Subí
un tramo por la carretera y me desvié hacia otro tramo que resigue
el mar por la Cala Bona y la Cala Giverola. La verdad que ese tramo
es idílico. Acantilados, rocas, pinos que están literalmente en el
mar...pero allí se acaba el Camino de Ronda. De allí hasta Sant
Feliu quedaban unos veinte kms y tenía dos opciones.
Subir
por Cadiretes, que es es un tramo por montaña que no se ve el mar o
reseguir la carretera que va a Sant Feliu con unas vistas del mar,
pero asfalto.
Como
a mí me gusta también el asfalto me tiré por la carretera.
A
pocos kms de llegar, Neus me adelantó y me preguntó si quería que
me llevara. Estaba cansado y se hacía de noche pero seguí hasta el
paseo del mar de Sant Feliu de Guíxols.
Tardé
en total 5hr y 15min los casi 50kms. Estaba eufórico.
A
la semana siguiente volví a reanudar el Camino.
Necesitaba
días enteros para poder desplazarme al lugar de salida, tener margen
de tiempo por si me perdía y que no se me hiciera de noche. Así que
salí un lunes con mi padre para Sant Feliu.
Esta
vez fuimos en bici. Pensaba que en aquel tramo era plano y me
equivoqué por completo.
Ya
comenzaba a publicar cosas en mi blog y a los amigos les interesó
mucho el recorrido.
Así
que ya iba avanzando y pensando en hacer un entreno con gente para
que disfrutasen como yo lo estaba haciendo.
Nada
más salir por el paseo marítimo y pasas el puerto náutico, ya
comienzas a subir por la Cala Jonca. Corriendo o caminando es
bastante fácil pero en bici no. La tuvimos que cargar en la espalda
y eso cansa mucho más. Menos mal que el tramo es guapísimo. Bordeas
todo el Cap de Mort por la Cala Ametller con un mar verde cristalino
y una roca color naranja que alucinas. Allí hay una vía ferrata muy
famosa. La de la Cala del Molí.
Cruzamos
la Platja de Sant Pol y entramos al Camí de Ronda con más categoría
de toda la Costa Brava, el de S'agaró, que se construyó sobre los
años 20. Ese tramo si que lo pudimos hacer en bici tranquilamente y
sin perdernos ningún detalle del espectacular paisaje.
Tardamos
unos pocos minutos en hacer ese tramo, cruzamos la playa de la Conca
y nos adentramos en Platja d'Aro por su paseo marítimo. Bastante
largo y bien cuidado.
También
sorprende que en un pueblo tan masificado, al final del paseo, te
puedas encontrar un tramo con tanta belleza como el que hay hasta
torre Valentina.
Pequeñas
playas, minúsculas Calas con mucho encanto, un camino entre rocas y
la sensación de estar perdido entre la naturaleza.
Tras
avanzar unos tres kms por el paseo marítimo de Sant Antoni de
Calonge llegamos a Palamós.
Aquí
fue nuestra parada. Con la bici habíamos tardado mucho y encima
teníamos que volver, así que decidí acabar el segundo tramo.
Bastante más llevadero que el tramo de Blanes y con paisajes
realmente muy auténticos.
En
la tercera salida fui en coche a Palamós y tenía que llegar si o sí
a Begur ya que había parada de bus y volvería tranquilo. Podía
avanzar más kms sin pensar en volver corriendo. No dependía de
nadie.
Éste
puede que sea el tramo más bonito de la Comarca del Baix Empordà.
La
salida desde el puerto de Palamós fue un poco complicada ya que no
veía muy bien las marcas.
Pero
supe pasar por Cala Margarida, Cap Gros y bordear un antiguo barrio
de pescadores con muchísimo encanto como el S'Alguer. Tenía tantas
ganas de pasar por ese tramo que me maravillé.
No
me podía creer que nunca hubiera estado allí.
El
camino es muy fácil, las vistas son excepcionales y no paras de
sorprenderte.
Poco
a poco iba avanzando y descubriendo cosas nuevas.
En
mi cabeza solo pensaba que a la gente le encantaría correr y
disfrutar por esos parajes. Tenía ganas de llegar a casa para
publicar y que todo el mundo supiera lo realmente bonito del camino.
Continué
hasta la Playa del Castell y reseguí a escasos dos metros del mar y
entre acantilados un tramo virgen con playas, pequeñas Calas, algún
tramos de subida y escalada por rocas hasta Calella de Palafrugell.
Maravilloso. Cruzar el Jardín Botánico de Cap Roig con esas vistas
al fin del mundo son pequeños momentos que no se olvidan.
Me
adentré a Calella de Palafrugell por el Camino de Ronda, que está
bastante bien cuidado y llegué a les Voltes de Calella.
De
pequeño siempre iba con mis padres por esa zona y me vinieron muchos
recuerdos de la infancia. El camino hasta Tamariu lo tenía bastante
en la memoria.
Un
tramo muy famoso es también el de Llafranc ya que está muy bien
acondicionado y las vistas al Faro de San Sebastián hacen que esté
enclavado en el paisaje.
Subí
al Faro y en 40 minutos estaba en Tamariu, cruzando por bosques y
muscleras sin ninguna urbanización ni casas por en medio. Todo muy
natural.
Desde
Tamariu me adentré por el bosque hacía Begur resiguiendo la Costa
ya que hay varias opciones en esa zona.
Pasé
por Aiguablava y Fornells hasta el Puig de Sa Guàrdia con casi
300mts de desnivel pero con las mejores vistas hasta el momento y
llegué a Sa Tuna, en un enclave idílico de la Costa Brava.
Allí
paré. Estaba anocheciendo y tenía que subir a Begur por la
carretera. Así que el tercer día de ruta fue perfecto. Había
recorrido muchos kms y cada vez estaba más ilusionado con el
proyecto.
Al
publicar el tercer día en el blog, muchos amigos me preguntaban para
acompañarme un día o enseñarles algún tramo de los que había
realizado, así que hice un entreno conjunto para los que quisieran
venir conmigo. Nada más publicarlo ya éramos unos diez valientes
dispuestos a hacer toda la Costa Brava. Estaba muy contento y a la
vez me sentía responsable de la ruta así que no tardé en hacer el
siguiente tramo.
De
Begur a l'Escala.
Salí
por una pineda hacía el interior buscando Pals. Uno de los mejores
pueblos para visitar de la Costa Brava. Con sus casas medievales, sus
torres y con un paisaje de arrozales, Pals tiene ese encanto
particular. En todo momento iba haciendo fotos y vídeos. Quería
constatar en todo momento todo lo que estaba viviendo.
El
camino te lleva a pequeños pueblos del interior como Palau Sator,
Fontanilles y Gualta.
Un
tramo de asfalto sin apenas coches y con mucho encanto.
A
lo lejos ya veía el Castillo del Montrí. Lo había subido bastantes
veces y sabía que iba a ser duro.
Entré
a Torroella y comencé la ascensión. La verdad es que las vistas
mientras subes son únicas.
Descansé
un poco en el castillo antes de descender hacía l'Escala. Subir
cuesta un poco.
Me
quedaba bastante y tenía que recuperar fuerzas. El trazado no es
nada fácil.
Seguí
el camino y me llevó a los acantilados de Punta Ventosa. Daba mucha
impresión asomar la cabeza para ver lo altos que son pero con la
adrenalina que llevaba casi salto y todo.
Bordeé
la costa por el tramo más técnico que había hecho hasta el momento
con mucho cuidado. Crucé la famosa Cala Montgó y por el paseo de
Riells llegué a L'Escala.
Que
tramo más bonito y duro a la vez.
Al
acabar en L'Escala cogí un bus y para Begur. Estaba pensativo ya que
lo del entreno se me complicaba por momentos.
El
recorrido era muy duro y la gente que quería venir no estaba muy
preparada, así que en casa iba trazando etapas para que un gran
número de corredores pudiesen venir y disfrutar. Que es por lo que
hacemos estas cosas. Hacer deporte pero a la vez disfrutar del
entorno y el esfuerzo.
Volví
a publicar el cuarto día en el blog y ya puse fecha para el entreno.
Lo puse a un mes vista.
Tenía
que apresurarme para completar toda la Costa Brava y hacer un entreno
guapo.
De
L'Escala a Roses realicé la quinta salida.
Etapa
totalmente llana con entradas a pequeños pueblos y muchos cruces de
ríos.
Salí
del centro de l'Escala por las Ruinas de Empuries. Desde el mismo
trazado se pueden ver. Te trasladan a épocas Romanas, Griegas o
Fenicias y haces una percepción de como vivían antaño.
Justo
al lado de las Ruinas está la pequeña localidad de Sant Martí de
Empuries. Vale la pena adentrarse y hacer un descanso en su plaza de
la iglesia.
Más
tarde crucé el Parque Natural dels Aiguamolls de l'Empordà por un
paisaje silencioso, lleno de fauna y mucha tranquilidad. Sólo vi a
alguna persona en Sant Pere Pescador. Todo lo demás en solitario.
Disfrutando del paisaje de los Pirineos nevados, del día soleado al
lado del mar y pensando en el entreno que haríamos en pocos días.
Al
cruzar varios ríos como el Fluvià o la Muga, el camino hace una
vuelta enorme que tardé mucho para llegar a Roses. Ese tramo lo
simplificaría más tarde por un tramo más vertical. Todo el Golf de
Roses por la arena y con 12kms de recorrido. Más duro pero a la vez
más fácil de llevar.
Llegué
a Roses por su paseo marítimo. Una etapa realmente bonita por
paisaje y poca construcción.
En
cuanto llegué a casa encendí el ordenador para poner las fotos y
vídeos y ya íbamos a ser mas de 50 personas en el entreno. Así que
decidí hacer una carrera. No podía ser tanta gente con tantos
niveles de forma física.
Sólo
me quedaba una etapa para recorrer pero la carrera ya se estaba
montando.
Neus
se implicó desde primer momento. Ella sería la responsable de
hoteles y transportes. Y yo del trazado y los contactos. La carrera
iba a ser a lo grande.
Decidí
hacer tres etapas, las más bonitas de cada Comarca. Pero me faltaba
aún un día.
Salí
una tarde para Roses y así acabar todos los tramos. Quería llegar a
Cadaqués y parar allí, pero el camino es tan bonito que hay que
seguir hasta Portbou por el Cap de Creus y así finalizar la
totalidad de la Costa Brava. Y fue un acierto.
No
conocía nada del último tramo, solo Cadaqués.
Así
que me enamoré de todo. La salida desde Roses es alucinante. El
paisaje es más árido que en los tramos anteriores pero cautivan.
Rocas,
playas, Calas, vegetación a mar. Ningún impacto de casas,
urbanizaciones...todo un paraíso.
El
camino estaba muy bien marcado y llegué sin ningún problema a Cala
Jóncols y luego a Cadaqués, descendiendo por la montaña.
Llegar
a Cadaqués corriendo es espectacular ya que lo vas viendo todo el
rato mientras corres.
Saliendo
de Cadaqués pasas por el antiguo camino a Port de la Selva con unas
vistas al mar y a la frontera Francesa que te emocionan. Ya queda
casi nada para llegar a Portbou y la satisfacción de finalizar el
proyecto fue muy emotiva.
Desciendes
por una ladera y llegas al mar. A partir de el Port de la Selva el
camino es totalmente resiguiendo la costa.
Primero
pasas por un paseo muy fácil donde se puede correr bastante bien
hasta Llança y luego
bordeas
la pequeña localidad por el puerto náutico hasta llegar a Cap Ras.
Las vistas son inmejorables.
Poco
a poco el color de la piedra se va oscureciendo y cada vez es más
árido.
A
lo lejos se ve Colera el pueblo antes de llegar a meta. Resigues la
costa por una zona bastante técnica hasta la cima de la montaña. No
parece que estemos en Cataluña. Es más un paisaje de las Highlands
Escocesas.
Sólo
queda mirar hacía a bajo y ver Portbou entre montañas, mar y la
frontera.
El
último pueblo de la Costa Brava. Detrás tenemos Francia.
Es
lo más. Cuando realmente ves el final de tu aventura y encima,
durante ese trayecto, creas una carrera y ves que hasy mucha gente
interesada...no te lo puedes imaginar.
Ya
tenía toda la Costa Brava documentada y recorrida. Ahora me tendría
que meter de lleno en la preparación de la carrera.
Neus
ya estaba de mi lado pero necesitaba a alguien más.
Tenía
un cliente que hacía mercados y cada lunes venía a la pastelería a
desayunar.
Mientras
le preparaba el desayuno le contaba el proyecto y cada vez que venía
me preguntaba por la ruta de la Costa Brava. Y un día le propuse que
me ayudara en la organización.
Andrés
tiene mucha soltura con la gente así que no dudé en el.
Junto
a nuestras familias trabajamos mucho para que el día de la carrera
saliera todo bien.
Fue
todo muy precipitado pero con el respaldo del Patronato de Turismo de
la Costa Brava se llevó mucho mejor.
Nunca
habíamos organizado un evento de ese tipo pero creo que el primer
año salió genial.
Más
de 120 corredores en tres etapas por la Costa Brava fue un éxito. Y
encima corriendo ya que el primer año la corría y la organizaba a
la vez. Una locura!
Las
opiniones de todos los corredores fueron tan buenas que decidimos
seguir con la organización del evento un año más.
El
equipo de trabajo es la base de una buena organización así que
entró con nosotros mi tío Salva. Que junto a él hicimos un equipo
insuperable.
Cambiamos
las distancias de las etapas.
La
primera etapa era Blanes-Tossa de mar (25km), la segunda desde Sant
Feliu de Guíxols a Torroella del Montgrí (55km) y la última de
Roses a Portbou (55km).
Cinco
años avalan el gran esfuerzo que realizamos para que se llevara a
cabo el sueño de recorrer la Costa Brava por el Camino de Ronda.
Acabamos
el proyecto con una última edición con más de 500 corredores de 45
diferentes nacionalidades. Brutal. Nunca me hubiera imaginado que
llegaríamos tan lejos. Pero así fue.
Ahora
de la Costa Brava Xtrem Running solo queda el camino que hicimos y
que ha quedado para siempre. Una etapa de mi vida preciosa y
enriquecedora.
No
sabría como agradecer a todo el mundo que se implicó en el
proyecto.
Patronato
de turismo, ayuntamientos, fincas privadas, jardines botánicos,
hoteles, transportes, sponsors, colaboradores, corredores, amigos...y
sobre todo a toda mi familia en especial a Carla, Dani, Maite y Salva
y a mis padres y hermana.
Y
por supuesto a Neus que siempre me apoya haga lo que haga.
Poco
a poco hay que creer en nuestro Patrimonio Natural y Cultural.
Espero
que se mejore año tras año. Vivimos en un sitio privilegiado del
mundo y tenemos que ser abanderados de nuestro territorio.
La
Costa Brava es pura magia.