5 feb 2015

Rovaniemi 150kms Non Stop. la Crónica



Rovaniemi150

Distancia: 150kms
Etapas: 1
desnivel: 3000mts acumulado
Tiempo: 27hrs 27min
Posición: 1
Año: 21 febrero 2015
Zona: rovaniemi Laponia Finlandesa


Después de una primera y durísima carrera en el ártico hace ya casi un año, va y me inscribo a la Artic winter race Rovaniemi 150 Km non-stop autosuficiencia. Nunca aprendemos, pero esta vez fue mucho mejor.
Me preparé mucho mejor los entrenos, y planifiqué mucho más el material.
En las nueve últimas semanas de entrenamiento, realicé más de 1000 Km para preparar las piernas a la nieve, hielo o lo que hubiera en el ártico. Y lo mejor que pude hacer fue comprarme unas buenas raquetas de nieve ya que en la anterior carrera lo pasé muy mal con las raquetas que llevaba.
Tres días antes de la carrera ya nos reunimos los 4 guerreros (Tony Andrades, Cyrus Parvine, Antonio de Castro y yo) en el aeropuerto de Helsinki. Allí cogeríamos el avión hacia Rovaniemi, capital de ártico.
Solo llegar a destino ya nos quedamos alucinando con el clima, todo el suelo helado, las carreteras invisibles. Aquel paisaje es como de otro mundo.
Esos días previos fueron muy buenos para aclimatarnos, ver que tiempo hacía y poder escoger bien la ropa de carrera, además de para echarnos unas cuantas risas.
En el breafing de la carrera, la tarde anterior a la salida, ya vimos que no iba a ser fácil. El director de carrera, nos dijo enseñándonos el perfil: esto en mi país se llama “rompepiernas”. Y tenía razón, te imaginas que esos lagos helados y esa poca altitud hagan un recorrido más rápido, pero nada que ver. 3000 metros de desnivel predecían una muy dura carrera.
Otra cosa sorprendente fue preparar LA PULKA, una especie de trineo que teníamos que llevar atado a la espalda con todo el material obligatorio (saco de dormir -29ºc confort, raquetas de nieve, manoplas, chaqueta de plumas, comida, frontales de recambio, material médico,…) durante toda la carrera.
Era imposible poder cargar todo el material en una mochila ya que con tanto peso y tanto volumen te podrías hundir en la nieve. Más de un corredor lo intentó y al final abandonó.
Nosotros teníamos buen feeling ya que los cuatro tenemos experiencia en ultras y más o menos veíamos que podíamos ir bastante bien preparados. Nos ayudamos mutuamente para la correcta elección de material.
La mañana de la carrera desayunamos bastante para salir con fuerzas.
Ya lo teníamos todo preparado menos el traslado a la salida, que la teníamos a unos 5kms.
El material de los cuatro no cabía en el coche. Cuatro Pulkas , nosotros y además también venía Sylvie y Neus, con lo cual las risas fueron aseguradas.
Conducir con la carretera helada con ese panorama estuvo gracioso.
Ya en la salida tenía muchas ganas de comenzar. Llevaba la ropa justa para no pasar calor y no sudar tanto para no ir mojado y deshidratarme. En estas carreras de tanto frío esto es muy importante.
Salimos todos juntos, primero las bicicletas, ya que había una disciplina de fatbike que hacían nuestro mismo recorrido, los corredores y esquiadores de fondo.
Al salir vimos que los corredores de delante salieron muy fuertes. Tony y yo decidimos ir a nuestro ritmo. La carrera eran 150 Kms non-stop con mucha noche e iba a ser muy largo. Además corríamos con raquetas de nieve. Teníamos que ser prudentes.
Fue ideal ir juntos ya que cada vez que necesitabas algo de material o comida, el otro te lo alcanzaba, y así no perdíamos mucho tiempo en carrera.
El primer tramo de unos 15 Km era de día. El recorrido transcurría por el río, que estaba totalmente helado y con fácil pisada. Eso nos ayudó a concentrarnos solo en alimentarnos e ir visualizando como sería la carrera. Nuestro ritmo era constante y fácil de llevar.
Al salir del primer checkpoint íbamos quintos. Era vital pararse y rellenar bidones en cada avituallamiento. Los corredores de delante no pararon, y eso les perjudicó ya que antes del siguiente control ya no tenían agua.
El tramo de río se iba a acabar y nos íbamos a meter de cabeza en el bosque, donde la nieve estaba muy pastosa debido a que no bajaron mucho las temperaturas y eso nos desgastó mucho más.
No sabíamos a cuanto estaban los de delante, hasta que llegamos al lago helado.
Allí nos quitamos las raquetas de nieve y a correr. El terreno estaba duro y las raquetas, de momento, no las teníamos que utilizar.
Nos fuimos acercando a los primeros clasificados hasta que les adelantamos y nos pusimos en cabeza de carrera. Fue un subidón muy grande pero seguimos con nuestro método. Ir avanzando y cuidar muy bien la alimentación.
Sobre el Km 50, ya se hizo de noche, llegamos al checkpoint 3 justo para prepararnos el frontal y poder hacer nuestra primera comida liofilizada, aunque nos la comimos andando para no perder tiempo en ningún momento. Esa era nuestra estrategia, no perder cabeza de carrera y no parar mucho para no coger frío.
Al salir de ese checkpoint sabíamos que había un puente de madera donde nos comentaron en el breaffing que el año anterior un corredor resbaló y cayó al río. Del frío tubo que abandonar y que incluso tubo hipotermia.
Pues al llegar allí, increíble pero a Tony se le volcó la pulka y casi tenemos un susto. Fue un momento tenso. Todo a oscuras, helado y el río debajo nuestro. Tuvimos mucha suerte.
El terreno se complicó mucho, todo eran caminos entre árboles, sin visibilidad, muchas subidas donde arrastrábamos todo el peso de la pulka, la nieve muy blanda, y mucho frío con viento, pero aún así no perdíamos ritmo.
Llegamos al checkpoint 5 sobre las 10 de la noche, donde había una cabaña típica Sami, donde paramos a calentarnos al fuego y prepararnos otro liofilizado, ya que el siguiente checkpoint estaba a 36 Km.
En esta carrera tenía pensado comer cada hora (barretas, frutos secos,…), pero era tanto el desgaste que tuve que comer cada 30 minutos y eso hizo peligrar mi planning, no iba a tener suficiente comida, así que racionalicé muy bien cada bocado.
La noche fue muy dura, el desgaste, el frío, el ritmo sin descanso, hizo que estuviéramos muy cansados, tanto que no hablamos durante alguna hora.
Los productos con cafeína fueron muy bien para estar bien atentos al terreno.
Durante esa noche tuvimos dos pájaras muy fuertes.
En la primera Tony se quedaba dormido subiendo aquellos repechos helados y tenía que ir gritándole para que se despertara. Y en la otra , en el km 90 me sentí vacío de fuerzas y recurrí a geles y barretas para continuar. Me costaron 10 km recuperarme.
Llegamos muy muy tocados al checkpoint 6.
Ya habíamos recorrido114 Km y de repente comenzó a nevar.
Ahí ya no pensábamos en quedar primeros, sino en acabar. Estaba siendo muy duro y aún nos quedaba mucho para meta. En el avituallamiento comimos el último liofilizado, cogimos fuerzas, y al ver que se acercaban otros corredores, nos motivó para seguir avanzando fuerte.
Nuestra cabeza solo pensaba en llegar al siguiente y último checkpoint líderes, a unos 28 Km.
Se nos hizo de día y aún fue más estresante el no ver las luces de frontal de los otros competidores.
Habíamos perdido la referencia de la distancia que les sacábamos, no podíamos parar.
Cruzamos un lago de 10 Km y no los vimos. Ahí pudimos ver que estaban bastante lejos, por lo que empezamos a soñar despiertos. Nos entró la adrenalina por un momento y comenzamos a creernos que podíamos ganar la carrera. Ese momento fue engañoso, aún quedaban muchas horas y se nos hizo un poco cuesta arriba.
Durante toda carrera el marcaje habían sido perfecto, hasta un poco antes del último checkpoint, donde se marcaban dos caminos. No nos lo podíamos creer, pero tuvimos sangre fría y confiamos en nuestra intuición , que por suerte no nos falló. A los 2 Km ya vimos el último avituallamiento.
Los últimos 10 Km hasta meta fueron muy emotivos. Ahí nos dimos cuenta que llegaríamos juntos a meta.
Ya nos habían dicho que solo podía ganar uno y casi al final Tony me dijo que le acompañase en el último tramo y que si llegábamos juntos me cedería el primer puesto.
Faltando 3 Km, vimos una moto de nieve acercándose. Era el organizador de carrera con Neus detrás. No sé como se lo hace pero siempre me sorprende. Que bonito ese momento.
Nos animó mucho y nos dijo que ya lo teníamos. Quedaba muy poco.
Cruzamos el último río y encaramos Rovaniemi. Íbamos a llegar a la meta más insólita del mundo. Entramos con las pulkas y los palos por el hall de un hotel hasta una sala de conferencias donde allí estaba la meta. Nunca me he encontrado con nada igual aunque con esas condiciones de clima, era bastante lógico que la meta estuviera en un recinto cerrado.
Tras 27:30 horas acabamos la Rovaniemi 150Km non-stop PRIMEROS. Brutal. Realmente fue una gran carrera, muy recomendable donde te pones al límite y vives una experiencia única por los paisajes de Laponia.
Para acabar de celebrar nuestro éxito, faltaban dos de los guerreros, Cyrus y Antonio, que sufrieron muchísimo para poder completar la carrera antes del tiempo límite. Que valientes. Para todos fue una carrera muy dura que pudimos celebrarlo juntos en la meta.
Para mi además una gran ultra non-stop, también ha sido un viaje auténtico a Finlandia, con visita a Santa Claus, paseo en huskys y mucha sauna. Y sobretodo con una gran compañía. Nos lo hemos pasado en grande.
Y ahora toca, seguir soñando despiertos.
























































































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