Distancia: 125kms
Etapas: 1
desnivel: 6500mts positivo
Tiempo: 21hrs 28min
Posición: 27
Año: 13 Junio 2015
Zona: La Cerdanya, Girona
Algo repentino, una gran carrera de Ultrafondo decidida en pocas semanas de verano.
Tras la gran carrera realizada en febrero en el Ártico, la Rovaniemi 150 nonstop, y la inscripción en el Ultra Trail Mont Fuji a finales de setiembre, necesitaba algo intermedio para seguir entrenando y refrescar la mente.
Fue en mayo cuando el Team SportHG-Aml Sport, me invitó a la Cerdanya para intentar ser finisher de 125kms nonstop por uno de los parajes más impresionantes de Cataluña. Y claro, no podía decir que no.
El verano, en la zona donde vivo, la Costa Brava, es bastante duro ya que hay mucha faena y se descansa poco. Además el clima es bastante caluroso y no apetece mucho entrenar. Pues eso, me fui a competir sin realizar ningún entreno específico para una ultra trail y muy cansado. Eso pasó factura en algunos tramos de la carrera.
Plegué de trabajar sobre las dos del mediodía y rumbo a la Puigcerdà. Casi tres horas de trayecto y ya estaba en Alp, localidad que daba la salida a la prueba de 125kms. El paisaje era realmente bonito. Todo muy verde, prados en las montañas, ríos y un sol radiante, que poco a poco se iba a convertir en nubes y tormenta.
Me reuní con los corredores del Team y recogí el dorsal. Me esperé a escuchar el breffing de la carrera efectuado por Eduard Jornet, padre de Kilian, y sobre las 9PM me fui a cenar a una pizzeria del pueblo.
Se hizo todo muy pesado ya que normalmente me voy a dormir sobre las nueve y la carrera comenzaba a las doce de la noche. Me tumbé un poco en el coche pero no llegué ni a dormir. Estaba cansado y no había comenzado la fiesta.
Preparé todo el material y justo antes de dar la salida empieza a llover. Vaya mala pata. Bueno, al llover un poco, refrescaba e iba bien.
Salí bastante despacio, controlando mi ritmo y mi cansancio. Mucho desnivel por delante y muchos kms. En la primera subida a la estación de la Molina, me giré e iba de los últimos. No me lo podía creer. O estaba mal o la gente iba a petar mucho. Seguí controlando mi ritmo y a la hora de carrera cayó un diluvio impresionante. Me refugié en mi Goretex y a subir montañas. No me apetecía nada estar allí en ese momento. Estaba cansado y no estaba disfrutando nada. Además de noche no podía apreciar el paisaje. Decidí avanzar y pensarme el seguir o no en el segundo avituallamiento. Llegué al segundo avituallamiento muy tocado de moral. Eran las 3AM y solo llevaba unos 30kms. Bebí un poco y me fui al lavabo. Quería plegar pero mi cabeza, en parte no quería. Me miré al espejo y decidí seguir hasta el km42 y allí volver a valorar.
Fueron los 10kms más duros a nivel mental que haya hecho en mi vida. Con todo y eso, tenía tanto sueño, que me dormía subiendo esas montañas y aún era de noche. Fue algo muy surrealista.
Pero la cosa fue cambiando según iba saliendo la mañana. Creo que mi cuerpo comenzó a despertar y a prepararse para la remontada que iba a hacer. Justo antes del km42 ya estaba hablando y sonriendo y al llegar al avituallamiento me sentía con ganas de seguir. Así que comí algún plátano y a correr. Comenzaba a disfrutar e incluso a adelantar a corredores. Las sensaciones positivas volvían y las ganas de ser finisher hacían que corriera cada vez más. No paraba de adelantar a corredores y la moral la tenía a tope. Durante toda la mañana y el mediodía hizo mucha calor con un sol muy potente por eso me iba hidratando muy bien y comía frecuentemente. No me podía relajar en ningún momento.
Conseguí avanzar muchísimo y poco a poco iba viendo a la gente cada vez más tocada. Yo por el contrario estaba disfrutando del maravilloso paisaje y de los preciosos pueblos de la Vall de la Cerdanya. El circuito estaba muy bien marcado y era realmente precioso. Por la mitad de la carrera me junté con un corredor
de Alicante, Narciso. Hablamos y hablamos y fuimos pasando a gente. La verdad es que el ritmo fue muy bueno y muy seguido. Era justo lo que necesitaba en ese momento. Un ritmo vivo e ir avanzando.
La tarde se adentraba y el cielo cada vez estaba más negro. Nuestras fuerzas poco a poco iban menguando. La mía sobretodo. Ahora ya no pasaba factura a nivel cansancio y mente, sino las piernas. La falta de entreno me hizo mella. Pero no podía parar. La meta estaba realmente cerca y el propósito era llegar de día.
Continuamos por carreteras, pueblos, pequeños bosques e incluso cruzamos la frontera con Francia para pasar por Latour-de-Carol, eso si, con la tormenta encima todo el rato, que no iba a parar hasta la meta. Llover y llover y mucho frío.
Llegando al final de la carrera, a 10kms de Puigcerdà, por mi parte, ya tenía todo hecho. Iba a ser finisher de la Volta a La Cerdanya Ultrafons y Narciso, que venía a entrenarse para la UTMB, decidímos no correr más e ir a ritmo rápido pero andando. Coincidimos que había sido una carrera muy dura y con un clima muy adverso. Así que poco a poco fuimos avanzando hasta el último km , que ese si que lo hicimos corriendo.
Vaya emoción. A punto de saltarme una lagrimilla y todo. Que fuerte poder acabar una competición tan dura con unas condiciones físicas malas y un mal cuerpo brutal. Pero con una gran experiencia que seguro que llevaré a todas las carreras que haga. Una más y a por Japón, a la Ultra Trail Mont Fuji !!