18 feb 2012

Atacama Crossing. La Crónica


ATACAMA CROSSING

Distancia: 250kms +-
Etapas: 6
Tiempo: 27:35.08hrs
Clasificación: 7 posición
Año: 10 Marzo 2012
Zona: Desierto Atacama, Chile


De nuevo al desierto, pero esta vez en el continente Americano.
Desde que hice Namibia que me intereso por la organización de carreras Racing the Planet.
Son cuatro carreras anuales por diferentes desiertos del mundo ( Sahara, Gobi, Atacama yAntártida) y además una carrera extra que cambian el país cada año.
El Desierto de Atacama, considerado el más árido del mundo, en Chile, fue el que me cuadraba más ese año.
Como siempre lo único que tenía que hacer era entrenar como iba haciendo estos últimos años y preparar bien el material.
Pues creía que todo iba a ser como siempre y me equivoqué totalmente.
Ya salí de Blanes con una lesión curada in extremis y con un material bastante pesado.
El terreno donde iba a competir a parte de ser muy árido, era pedregoso, lleno de volcanes nevados, salares y a una altura que sobrepasaba los 3500mts. Una barbaridad. 250Kms en 6 días de infarto. Creo que no lo valoré mucho antes de ir.
En todas las competiciones había ido antes a visitar el país y de paso a aclimatarme un poco a la zona. Pero en esta no pude y llegué el mismo día de la carrera.
Mi ruta de viaje fue esta: De Blanes a Barcelona 1hr. Espera en el aeropuerto 2hrs. De Barcelona a Madrid 1hr. 4 horas de espera y Madrid Santiago de Chile 14hrs. 4 horas de espera en el aeropuerto y 3 hrs hasta Calama al norte del País. 1Hr de espera a el Bus de San Pedro de Atacama y 1hr hasta llegar al hotel justo a dos horas antes de dormir. No veas!!
Menos mal que rápido conocí a los Españoles que estarían conmigo durante esa semana. Cenamos y a la cama.
Al día siguiente y con el cuerpo destrozado, realizamos el briffing, control de material y nos llevaron en bus hasta el campamento base en Río Grande.
Mira por donde que comienza a diluviar, cosa impensable en el Desierto de Atacama y nos inunda las tiendas de campaña y hace que esa noche sea una auténtica odisea.
Me acuerdo que dormí fatal. Había tormenta eléctrica y no estaba nada relajado. Pero tenía que intentar estar lo más entero posible para la carrera. Cosa que no pude. Los primeros días me encontré fatal. Sin fuerzas y un mal cuerpo terrible.
La primera etapa fueron solo 30kms. La distancia no era mucha pero a los primeros kms ya vi que no tiraba. Me pesaba una barbaridad la mochila y las pulsaciones las tenía muy altas. Tuve que bajar el ritmo mucho para poder avanzar sin forzar. Hambre no pasé, pero no se trataba de eso. Había que intentar progresar durante los primeros días. Llegué el 12 con muy mal sabor de boca.
El terreno era muy árido con rectas larguísimas, algún cañón que alegraba la vista pero con un sol abrasador. El tramo final fue agónico.
El segundo día fue el peor de todos. Las malas sensaciones volvieron y se me vino el mundo encima.
Salí bastante tranquilo, el peso de la mochila me agotaba mucho y si iba más rápido me golpeaba en la espalda. Cruzamos varios ríos, me refrescaba la cara y seguía. Íbamos casi todos en fila hasta un repecho donde vi que las fuerzas volvían a fallar. No se si fue la mala aclimatación, el poco entreno por la lesión o el que. Pero no podía.
Ascendimos al tramo de montaña más alto de la competición. Era espectacular. Una piedra naranja preciosa hasta una duna gigante.
Descendí la duna bastante rápido y de golpe se me abrió la mochila y se me cayeron varias cosas de dentro. Tuve que parar y volver a ponerlo todo en su sitio. Lo que me faltaba. Demasiados nervios, demasiado stress y la mitad de etapa por delante.
Poco a poco me voy apagando y salen las rampas. Comía y bebía bien. Aun no sé el por que, pero tuve que andar y correr los últimos diez kms. Lo único bueno es que me junté con Jeison Costa, un Brasileño muy majo. Realicé la etapa de 42kms en 4:38hrs y una merecida 21 posición.
La verdad es que nunca me vine abajo. Lo estaba haciendo mal pero en realidad quería mejorar. Mimé con todo detalle la comida, la mochila y el descanso para poder estar arriba.
El tercer día ya fue diferente. Viendo el nivel de la gente y de como iba, intenté salir de menos a más. Salía sobre el puesto 35 ( los contaba) y poco a poco recuperaba posiciones. Quería estar positivo en todo momento. Desde ese momento cambió Atacama para mi.
Reservé mucho y el tramo final de etapa lo hice muy rápido. Parecía que me encontraba mejor y la zancada era cada vez mayor.
Al principio de la etapa fueron tramos de barro duro con un poco de vegetación y poco a poco esa vegetación iba a desaparecer. Sin darme cuenta aparecieron los famosos salares de Chile donde apreté el ritmo y pude llegar en 8 posición. 40Kms en 5:33hrs. Me alegré mucho al llegar al campamento. Aun así vomité un poco. Pero las sensaciones fueron muy positivas. Había remontado mucho.
Cuarta etapa y 40kms más. La moral estaba por las nubes, había tocado fondo y estaba a punto de ver el cielo. Quería sacar todo lo tenía.
Comenzaba a disfrutar del paisaje, fijándome en el Volcán Licanbur, manteniendo un ritmo constante y afrontando cualquier tipo de terreno como, las dunas, la piedra dura o los salares.
Hubo un tramo recto de unos 5kms donde íbamos un grupo de cinco corredores y tenía tanta fuerza adentro que cambié la zancada y me fui solo. Quería ir a un ritmo alto así que apreté bastante.
Los últimos 14 kms fueron duros por la calor, el salar y la altura. Conservé un poco para no vomitar como el día anterior. Tenía que cuidarme un poco. Me pasaron dos corredores Belgas, pero ni me inmuté. Estaba de subida y no luchaba contra nadie. Mi único rival era yo mismo.
Al llegar al campamento después de casi 5 hrs y en 8 posición me metí un baño en los Ojos del Salar que me vino ideal. Agua fresca y relajación de músculos. Inolvidable.
Y llegó la etapa reina de 74kms. Estaba muy tranquilo porque estaba haciendo las cosas muy bien. Me estaba regulando y estaba muy motivado.
Antes de salir, preparé el frontal y la comida para no perder tiempo cuando se hiciera de noche.
Iba a ser una etapa larga.
Por fin me puse en el grupo de cabeza marcando el paso. Enseguida los tres primeros se fueron del grupo pero esta vez me sumaría a ellos. No al lado pero sí a unos pocos metros. Tampoco quería petar. Era la etapa larga y no hay que perderle respeto. Y sobretodo quería ir a mi ritmo.
Manteniendo ese margen con los primeros, que por cierto eran Vicente, David y un Griego, pude saborear los paisajes lunares del Desierto de Atacama.
Tras subir una duna de unos veinte metros de altura, cruzamos a una zona de increíble belleza. Montañas teñidas de sal con formas inverosímiles e impactantes. No me creía por donde estaba corriendo. Nada a lo que había visto hasta entonces se le parecía. La NASA hace las prácticas de los vehículos que van a la luna, con eso lo digo todo.
Descendí por una duna hasta el último control y un largo tramo serpenteando un río seco era lo siguiente que me esperaba. Allí tuve una anécdota bastante graciosa ya que tenía tanta calor, era tanto el sofoco que me quité los pantalones y estuve unos kms corriendo casi desnudo. Fue muy bueno. Me moría de calor. Y la verdad es que me fue muy bien. Aire fresco!
Faltando poco, me adentré en el valle de la Luna. Solo unos pocos kms para llegar a meta.
Iba a llegar cuarto ese día con 8:23hrs, a muy pocos minutos de los tres primeros. Vaya triunfada.
Me emocioné mucho al llegar. No tuve ni que usar frontal. Fui muy rápido.
Tras la etapa larga teníamos un día de descanso , no hacía mucha falta, pero me fue fenomenal.
Esa noche la pasamos muy mal todo el campamento. Hubo tormenta eléctrica y las tiendas tenían aluminio por todas partes. Tuvimos que dormir a fuera del campamento, a la intemperie.
La segunda noche ya dormimos un poco mejor. Soñé con algo grande. Soñé con podium.

La última etapa siempre es la más corta pero muy rápida. En la mochila ya casi no llevas nada, sólo el material obligatorio y nada más. Así que todo el mundo lo da todo.
Eran sólo 8kms pero salimos tan rápido que íbamos a 3:30min/km.
Salí detrás de Vicente y David. Estuvimos juntos hasta que decidí no meterme mucho y que llegaran juntos como cada día.
Yo con mirar un poco hacia atrás y ver que no venía nadie me conformaba.
Iba como un rayo hacía la Plaza Mayor de San Pedro de Atacama donde estaba la soñada meta.
La emoción fue brutal. De lo mal que lo pasé al principio a podium el último día. De vértigo !!
Sin palabras. Sensaciones a flor de piel.
La medalla de finisher que me dieron en meta y la foto con la llama fueron el premio.
El cuerpo estaba cansado y hambriento. Así que el grupo de Chilenos, Argentinos y los Españoles nos dimos un baño en la piscina del hotel con un par de cervezas y luego nos fuimos a comer un lomo a lo pobre que estaba buenisimo!!
Al día siguiente regresé a Santiago de Chile, visité la ciudad y para casa.
Muy buena carrera con muchísimas sensaciones. Vivencias Puras.