Kalahari Augrabies extreme Marathon
Distancia: 250kms
Etapas: 6
Tiempo: 24.38hrs
Posición: 2
Año: 8 octubre 2018
Tras un año repleto de competiciones
exigentes como, Le Treg en el desierto Ennedi del Chad, The Lost
Island en la Isla de Fiji, Ultra Trail Plage Blanche en Marruecos,
Global limits Albania en los Balcanes, afronté otro nuevo reto:
Kalahari Augrabies Extreme Marathon, 250 Km en autosuficiencia en 7
etapas, a más de 45ºC de media, en uno de los terrenos más áridos
del planeta.
Tras tres conexiones de vuelo y varias
horas de autobús, llegué al lodge donde se situaba el campamento
base de la carrera dentro del parque nacional de las Cataratas
Augrabies donde se encuentra el río Orange que delimita Namibia con
Sudáfrica, al nordoeste del país.
Una vez allí, protocolo como en todas
las carreras de revisión de material, revisión del certificado
médico, breefing,... Para situarme me escapé a hacer un test del
terreno, y comencé a situarme al ver el calor que hacía, que el
terreno era seco y rocoso, con poca vegetación pero con mucha zarza.
En el grupo de competidores había 12
nacionalidades representadas, gente muy experimentada y algunas caras
conocidas, es lo que tiene haber participado en más de 45 carreras
ultra, siempre acabas reencontrandote con algún compañero de
vivencias pasadas.
Al día siguiente, primera etapa, con
una primera toma de contacto de 25 Km, parecían pocos pero con esas
condiciones extremas y la mochila de 7 Kg a mi espalda, fueron
durísimos.
Salimos un grupo de 5 corredores a un ritmo alto, queríamos tantearnos los unos a los otros. Para mi sorpresa habían tramos de pista rápida, donde se podía correr muy bien, por lo que aproveché y aceleré el ritmo y me puse en cabeza junto con Bennie, un corredor sudafricano profesional. Casi al final de la etapa se complicó el camino al entrar en un río seco con paredes de 10 metros a los lados, mucha arena, con temperaturas altísimas, donde luchamos para no bajar el ritmo hasta meta. Llegué cansado y sorprendido que al minuto empezaba a entrar corredores a meta, estaba claro que el nivel era alto y no me lo pondrían fácil.
Salimos un grupo de 5 corredores a un ritmo alto, queríamos tantearnos los unos a los otros. Para mi sorpresa habían tramos de pista rápida, donde se podía correr muy bien, por lo que aproveché y aceleré el ritmo y me puse en cabeza junto con Bennie, un corredor sudafricano profesional. Casi al final de la etapa se complicó el camino al entrar en un río seco con paredes de 10 metros a los lados, mucha arena, con temperaturas altísimas, donde luchamos para no bajar el ritmo hasta meta. Llegué cansado y sorprendido que al minuto empezaba a entrar corredores a meta, estaba claro que el nivel era alto y no me lo pondrían fácil.
El campamento de la primera noche
estaba en el mismo río seco, dormíamos en haimas y la verdad, es
que el confort era nulo, el suelo rocoso, bastante frío por la noche
y sin apenas higiene, pero esto es lo que ya conozco de este tipo de
carreras en desiertos, aventura al máximo.
Nos daban 5 litros de agua para comer,
cenar y llenar bidones para la siguiente etapa, es lo único que
recibíamos de la organización, y cada 10 kms un avituallamiento con
1´5 litros de agua. Lo demás lo llevas en tu espalda, eso es la
autosuficiencia, por lo que es vital preparar bien la mochila para
este tipo de carreras, con comida muy calórica y de poco peso.
Poco a poco vas hablando con los
corredores y cogiendo confianza, la camaradería de esta carrera fue
excepcional, me encontré en todo momento muy agusto. El inglés era
el idioma predominante y el Afrikáans, que es el idioma más común
en Sudáfrica, cosa que me sorprendió, una lengua germánica
deribada de los Colonos Holandeses, y que también se habla en
Namibia y sur de Botsuana.
La segunda etapa era de 35 Km, con
temperaturas de más de 45ºC, y con terreno más técnico. Salimos
por el mismo río seco, y Benni ya se posicionó en cabeza, pero le
seguíamos en línea otros 9 corredores. Al salir del río, el
terreno se allanó un poco y pudimos correr más, y comenzaron
también subidas fuertes por tramos montañosos, donde se podía
correr pero el calor lo hacía tan duro, que los corredores no
sudáfricanos comenzamos a sufrir deshidrataciones leves.
Llegando a los últimos kilómetros, en
el punto más alto de temperatura del día, sin ninguna sombra donde
cobijarse, bebiendo el agua caliente de mis bidones, mi cuerpo me
pidió caminar, y alterné correr y caminar hasta meta, eso me hizo
llegar en cuarta posición. No hubo alternativa, fue durísimo,
sobretodo mentalmente, perdía podium.
Al llegar al campamento seguí mis
pautas de hidratación, pero vomité todo, ningún nutriente ni
vitamina podía entrar en mi cuerpo. Me asusté bastante, estaba
deshidratado. Tras la experiencia de otras carreras, supe que lo
mejor era tumbarme, levantar los pies, relajarme y dejar que la
temperatura de mi cuerpo bajara, e ir poco a poco bebiendo agua con
electrolitos, es lo único que se puede hacer en estos casos, armarse
de paciencia.
Cuando empecé a orinar unas horas más tarde, me sentí muy aliviado y ya comencé a asimilar la comida. Pude descansar y recuperarme durante la noche.
Cuando empecé a orinar unas horas más tarde, me sentí muy aliviado y ya comencé a asimilar la comida. Pude descansar y recuperarme durante la noche.
La tercera etapa la afrontaba con
prudencia, tras la experiencia del día anterior, eran 38 Km. Comenzó
con subida en río seco, decido ir a ritmo prudente, y al salir del
cañón los primeros ya no los veía, era sexto o séptimo, pero no
me importaba, bebía mucho y asimilaba la comida, muy buenas
sensaciones.
Así fuí cogiendo confianza, y alcanzando corredores, hasta que pasé al segundo corredor faltando 7 Km para meta, pero se acercó el mediodía y el calor volvió a subir, y sentí de nuevo que me deshidrataba, por lo que bajé el ritmo de nuevo. Esta vez mantuve la segunda posición, pero también llegué a meta muy cansado. Lo mejor de todo fue que el campamento estaba al lado del río Orange, donde pude refrescarme, bajar temperatura, y eso me reconfortó al momento.
Así fuí cogiendo confianza, y alcanzando corredores, hasta que pasé al segundo corredor faltando 7 Km para meta, pero se acercó el mediodía y el calor volvió a subir, y sentí de nuevo que me deshidrataba, por lo que bajé el ritmo de nuevo. Esta vez mantuve la segunda posición, pero también llegué a meta muy cansado. Lo mejor de todo fue que el campamento estaba al lado del río Orange, donde pude refrescarme, bajar temperatura, y eso me reconfortó al momento.
Que suerte, conseguí comer y dormir
bien.
Llegó el día más duro, etapa cuarta
y la más larga de esta carrera, 78 Km. La salida era escalonada, los
corredores más lentos salieron de madrugada y cada hora salían
grupos de corredores hasta llegar las 13h, donde nos tocó salir a
los cuatro primeros corredores, y lo mejor fue que el día estaba
nublado e incluso con lluvia, que locura. Eso hizo que saliera a por
todas, mi rival el calor no me iba a pasar factura.
Salió Bennie en cabeza a ritmo fuerte, y yo cogí buen ritmo, controlando los otros dos corredores para poder mantener la segunda posición, ya que estaban a pocos minutos en la clasificación. Los tres fuimos juntos a buen ritmo hasta el CP 5, Km 37.5, donde llegué con fuerzas para afrontar la parte más dura de la etapa, esa había sido mi estrategia pensada y la suerte estuvo de mi lado. Eso me dió más fuerzas que nunca, y afronté los siguientes kilómetros a un ritmo trepidante, con mucha confianza y no había quién me parara. El sol bajó, regalándonos una puesta de sol espectacular, que me cargó de energías para afrontar la noche, últimos 30 Km.
Salió Bennie en cabeza a ritmo fuerte, y yo cogí buen ritmo, controlando los otros dos corredores para poder mantener la segunda posición, ya que estaban a pocos minutos en la clasificación. Los tres fuimos juntos a buen ritmo hasta el CP 5, Km 37.5, donde llegué con fuerzas para afrontar la parte más dura de la etapa, esa había sido mi estrategia pensada y la suerte estuvo de mi lado. Eso me dió más fuerzas que nunca, y afronté los siguientes kilómetros a un ritmo trepidante, con mucha confianza y no había quién me parara. El sol bajó, regalándonos una puesta de sol espectacular, que me cargó de energías para afrontar la noche, últimos 30 Km.
No paré ni un minuto de correr, iba
adelantando los corredores con sus frontales, llegando incluso a
perder un poco la percepción de mi ritmo, de donde estaban los
perseguidores tercero y cuarto, lo que hizo que corriese tan fuerte
que en el CP 7 me encontré a Bennie, el corredor en cabeza. Al verme
no me dió tregua ni un segundo en los Km siguientes, por lo que
corrimos a una distancia de 10 metros durante más de una hora, era
un pique en toda regla, pero me animaba pensar que dejaba detrás a
mis perseguidores.
Mi cuerpo además se había recuperado, me sentía hidratado y con fuerzas. Tuvimos un momentazo al salir la luna llena con tanta luz que pudimos correr sin frontal, espectacular. Así llegamos a meta, no se podía pedir más. Cené, estiré bien y a dormir entrada la madrugada, tiempazo 8h 10min.
Mi cuerpo además se había recuperado, me sentía hidratado y con fuerzas. Tuvimos un momentazo al salir la luna llena con tanta luz que pudimos correr sin frontal, espectacular. Así llegamos a meta, no se podía pedir más. Cené, estiré bien y a dormir entrada la madrugada, tiempazo 8h 10min.
Quinto día, descanso en el campamento,
pero esto aún no había acabado. Me ayudó a poner el cuerpo a punto
para la siguiente etapa. Me encantó tener tiempo para poder hablar
con los demás corredores y leer los emails de familiares y amigos,
eso recarga de energía a cualquiera.
Penúltima etapa, 48 Km. Salimos
pronto, sabiendo que iba a apretar mucho el sol. Salí junto al top
5, pero con prudencia. Llegué al CP1 con buenas sensaciones, pero no
veía al grupo, por lo que tuve que estirar la zancada para atrapar
al grupo de cabeza.
Era arriesgado porque hacía calor y no había ninguna sombra como el resto de días, pero conseguí alcanzarlos. Del CP2 salí más rápido que ninguno poniéndome en cabeza, y consideré la opción de seguir en solitario, estaba fuerte, pero al momento Bennie me alcanza y me pone los pies en el suelo. Seguimos corriendo juntos hasta el CP3, y al salir de él comenzamos a ver jirafas, gemsbok, sprinbok, impalas, etc. Sin palabras, perplejo, y eso me hace evadirme del cansancio, hasta llegar incluso al CP5 casi sin darme cuenta. Apreté el ritmo al salir, me giré un par de veces y no vi a Bennie, por lo que me animó a seguir apretando.
En ese tramo final, a falta de 10 Km, tuve la experiencia más bonita de esta carrera, corrí a 3 metros de una manada de jirafas, justo estaban en el camino, incluso tuve que auyentarlas para poder pasar por la ruta, no se como me atreví, son animales grandiosos pero a la vez rápidos, tienen ese movimiento característico en sus patas que me impresionó como se desplazaban con tanta soltura y brusquedad a la vez. Los últimos Km dediqué cada zancada a mi madre y a Neus, eso me llevó hasta la linea de meta, en primera posición, y a 8 minutos de Bennie. Estaba en las nubes.
Era arriesgado porque hacía calor y no había ninguna sombra como el resto de días, pero conseguí alcanzarlos. Del CP2 salí más rápido que ninguno poniéndome en cabeza, y consideré la opción de seguir en solitario, estaba fuerte, pero al momento Bennie me alcanza y me pone los pies en el suelo. Seguimos corriendo juntos hasta el CP3, y al salir de él comenzamos a ver jirafas, gemsbok, sprinbok, impalas, etc. Sin palabras, perplejo, y eso me hace evadirme del cansancio, hasta llegar incluso al CP5 casi sin darme cuenta. Apreté el ritmo al salir, me giré un par de veces y no vi a Bennie, por lo que me animó a seguir apretando.
En ese tramo final, a falta de 10 Km, tuve la experiencia más bonita de esta carrera, corrí a 3 metros de una manada de jirafas, justo estaban en el camino, incluso tuve que auyentarlas para poder pasar por la ruta, no se como me atreví, son animales grandiosos pero a la vez rápidos, tienen ese movimiento característico en sus patas que me impresionó como se desplazaban con tanta soltura y brusquedad a la vez. Los últimos Km dediqué cada zancada a mi madre y a Neus, eso me llevó hasta la linea de meta, en primera posición, y a 8 minutos de Bennie. Estaba en las nubes.
Última etapa, 26 Km. Salimos
escalonados, solo Bennie y yo salimos los últimos a las 11h, con
mucha calor pero sabiendo que era el final. Salimos juntos pero me
notaba más fuerte que él, pero en lugar de escaparme, decidí
compartir esta última etapa juntos ya que mantenía la segunda
posición y él se había ganado mi respeto durante toda la carrera,
rivalidad limpia y justa.
Disfrutamos como niños del tramo
final, subiendo al moon rock, tramo muy técnico, que nos llevó a
meta donde estaban todos los corredores esperando, fue genial.
Experiencia muy bonita, con algo de
pena por la experiencia del segundo día donde perdí tiempo, pero
las cosas salen como salen. Muy orgulloso de mi segundo posición,
sigo aprendiendo en cada carrera y sobretodo disfrutando de este
deporte que tanto me llena.
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