Transylvania 30
Distancia: 30kms
Etapas: 1
Tiempo: 7hrs52min
Posición: 56
Año: 21 mayo 2016
Última carrera del proyecto 4Challenge Ultra Climate
Tras un principio de año espectacular, finalizando las tres carreras que me propuse, Nieve en Francia, Desierto en Emiratos Árabes y Selva Tropical en Sri Lanka, esta vez tocaba en la Montaña, los Cárpatos Rumanos.
La decisión de ir a Rumania estuvo difícil ya que iba con el menisco izquierdo roto. No podía correr.
Al finalizar la carrera de Sri Lanka, seguí entrenando a un nivel fuerte. Me encontraba genial. Muy ligero y con una mentalidad Ultra fascinante. Salía a entrenar cada día unos 20kms y terreno técnico. Me encontraba de coña. Pero a veces no hay que forzar tanto.
Tenía las bambas bastante trinchadas, bueno, rotas. Me llegaban las nuevas en 15 días, pero yo seguía entrenando. Y entre el no descansar mucho y las bambas como las tenía…, me comenzó a doler la rodilla. Entonces si que descansé y sin querer. Fui un par de veces al físio. Sabíamos que era tema de menisco pero yo no quería creérmelo. Quería participar si o si en Transylvania. Descansé dos semanas hasta que solo faltaban 5 días para la carrera. Salí a entrenar para ver si al menos podía ir a trote lento y de golpe se me giró la rodilla y tuve de andar hasta casa. Me hice daño de verdad. Estuve dos días fatal de ánimo pero decidí ir aun que solo fuera a vivir un país diferente y ver desde fuera la carrera con mis compañeros.
Pero el día antes me preparé la mochila de correr por si acaso me veía con ganas de hacer, al menos la de 30kms. Y así fue.
Salimos desde Blanes en tren, Albert, Tom y yo rumbo al Aeropuerto de Barcelona donde estaba Tony esperando.
Las ganas de volver a viajar y descubrir nuevo mundo eran mayores que la rotura de menisco. Estaba motivado y con ganas. Además en Rumania nos esperaban Sylvie y Cyrus. Así que contento era poco.
Nada más llegar a Bucarest cogimos un coche de alquiler y nos desplazamos hacía Bran. Pequeño pueblo a las puertas de los Cárpatos donde era la salida de la carrera y donde también está el famoso castillo del Conde Drácula. Un lugar peculiar lleno de historia y muy bonito.
Nos fuimos a cenar y a preparar todo el material para la carrera. Al final lo iba a intentar.
Me levanté con mucha motivación. Era la última carrera de un gran proyecto y quería intentarlo.
Mis compañeros me ayudaron mucho ya que antes de salir me dijeron que me acompañarían en todo momento. Así que estaba tranquilo por si me pasaba algo durante la carrera.
El día acompañaba, hacía un sol espectacular y el paisaje era de primavera. La verdad que la región de Transylvania me sorprendió mucho.
El Conde Drácula dio la salida y todo el mundo salió muy rápido. Sabía que no podía correr y que iba a caminar todo el rato, así que tranquilamente, con mis bastones me puse a caminar. Pero rápido, tampoco quería ir de paseo. Me giré y no me lo creía. Íbamos últimos. Que fuerte.
Salimos de Bran para adentrarnos en zona Alpina. Eso ya me gustaba más por que subiendo podría ir más rápido y así no hacer perder tanto tiempo a mis compañeros.
El terreno se puso complicado y subía mucho. Pero no se que me entró que me puse a subir muy rápido. Comencé a adelantar a corredores e incluso dejé a Tom y Albert detrás.
La respiración era perfecta, las ganas también y el paisaje era espectacular. Mientras ibas ascendiendo ibas apreciando el valle totalmente verde, lleno de flores. Las casas de madera coloreadas en tonos pastel y de fondo siempre los impresionantes Cárpatos nevados. Un lujo.
Al ver que me distanciaba mucho de Albert, me replanteé la estrategia y decidí ir más despacio para disfrutar un poco más del paisaje e ir con el. No tenía ningún sentido ir tan fuerte con el menisco roto y sin poder correr. Subir iba como un rayo, pero bajar era un suplicio.
Así que realizamos toda la carrera juntos. Fue un acierto.
De los 750 mts de altitud donde estaba Bran, teníamos que subir a los 2500mts. Una brutalidad pero eso nos hizo ver diferentes zonas y diferentes paisajes.
Al principio comenzamos a ascender por un bosque bastante denso con abetos y hayas. Son realmente altos y grandes. Parecíamos hormigas entre tanta magnitud. Poco a poco íbamos subiendo y nos encontramos con una planicie entre la zona nevada y la zona Alpina.
Allí comenzó el frío y la niebla.
Comenzamos a pasar placas heladas que nos iban recordando que estábamos sobrepasando los 2000mts de altitud. Había que estar muy atento al camino ya que comenzaba a ser bastante técnico.
También había que vigilar con la alimentación. Muy importante en altura.
Ya estaba en una de las zonas más altas de la carrera. Había un pequeño descenso para volver a subir de nuevo y vi las estrellas. Las bajadas me costaban mucho. No podía doblar la rodilla y cada paso me dolía mucho. A Albert le iba perfecto que fuera tan lento y encima me lo decía riendo.
Menos mal que soy un poco testarudo y a base de ibuprofenos y apretando los dientes, avanzaba sin parar. Realmente era una carrera muy dura. No cualquiera está preparado para ese tipo de terreno.
Llegamos al control que estaba en medio del Valle. Las vistas eran de ensueño. Desde allí volveríamos a ascender hasta el pico más alto. Me encantaba subir. Iba muy cómodo.
Recuperamos fuerza en el avituallamiento y sin perder tiempo nos pusimos manos a la obra.
Venía la parte más dura de toda la carrera.
Comenzamos progresivamente a subir y vi que Albert comenzaba a sufrir demasiado. Hacíamos paradas, fotos y le explicaba anécdotas de otras carreras para motivarlo. Pero ese tramo fue realmente muy duro. Encima salió un poco el sol y no parábamos de sudar. Nos sobraba toda la ropa. Así que paciencia e ir paso a paso.
A lo lejos vi por donde transcurría la carrera. Se veían corredores por un desfiladero totalmente nevado y vertical. En mi vida había pasado por una zona tan peligrosa en una carrera como ese tramo.
Se hizo muy duro, en especial el final del tramo con cuerdas para asegurarte y no caer hacía detrás.
Llegamos a la cima. No me podía creer como eran capaces de meter ese tramo tan bestia. Pero era lo que había y así lo subimos. Cogimos un poco de aire puro y a descender.
No me gustaba nada bajar pero sabía que poco a poco íbamos a llegar a meta.
Al estar todo completamente nevado y en cada zancada me dolía mucho la rodilla, me sentaba y me desplazaba al estilo trineo. Era muy gracioso y a la vez que peligroso por que cogías bastante velocidad y estaba lleno de acantilados.
Poco a poco el paisaje se hacía más verde. Realmente esa zona es preciosa.
Los tramos eran por pistas un poco más anchas y con la ayuda de los bastones hasta corría un poco. Parecía un pato mareado, pero quería llegar a meta. Quería acabar y descansar. La tensión que llevé durante toda la carrera había sido muy fuerte.
Dejamos los caminos y ya pisamos asfalto. Pensábamos que el pueblo que veíamos era Bran así que fuimos más rápido para acabar y resulta que aún nos quedaban 5kms. Fue como una tortura. No podíamos más. Albert por que estaba reventado y yo por que la rodilla estaba muy mal. Comencé a preocuparme de verdad. Me hizo un par de cosas raras y ya no sabía si llegaría a meta. Menos mal que a lo lejos vimos el castillo del Conde Drácula. Solo quedaban unos pocos minutos para acabar.
Me encantó la llegada a meta. Con un gran ambiente y entrando por los jardines del castillo.
Estaba ilusionado y emocionado.
Ahora solo faltaba esperar a Tom y poder celebrarlo a lo grande.
Y así hicimos. Una buena cena y a brindar por lo conseguido. Nos lo habíamos pasado muy bien y la carrera fue muy auténtica.
Al día siguiente regresamos a Bucarest donde la celebración siguió. Nos pusimos de comer…
A veces hay que seguir instintos y tener ganas e ilusión.
Por cabezón había podido acabar la carrera y el proyecto de competir en los terrenos más duros en 6 meses. Nieve, Desierto, Selva y Montaña. Pero el precio fue alto.
Nada más llegar a Blanes me operaron del Menisco. La verdad que la operación fue muy bien y me recuperé rápido. Pero entre carrera y carrera siempre hay que descansar y recuperar bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario